12/04/2023

36 días después. (2023) [EO]

Quizá porque ya es media noche… quizá porque ya ha pasado más de un mes… quizá porque he esperado por varias semanas en incertidumbre, en agonía, en dolor… sin resultados. 

  

Quizá porque pedí… pedí como nunca había pedido antes, rece con todas mis fuerzas, entregue mis deseos, cubiertos en lágrimas y débiles susurros, extendí mi corazón, dolorido y con la mano hacia el cielo repleto de nubes, esperando, suplicando, rogando… solo por una esperanza, solo unos días, quizás con solo una noticia habría estado bien, con una noticia me hubiera conformado… pero mis ruegos no fueron escuchados, ahí en el cielo no había nadie que recogiera mis esperanzas, no hubo ni habrá nadie que tome el corazón que le extendí… no había ningún dios que quisiera escucharme. 

  

Hacia mucho tiempo que había dejado de creer, que comprendía que la existencia de dios es una simple construcción del humano para explicar lo inexplicable para una mente carente de conocimientos, pero por una vez, después de tanto escuchar que, si pedía, mis deseos serian escuchados, ya fuera por un dios o por el universo; así que por una vez y ante la desesperación, yo quise creer, yo desee creer y pedí, rogué con lágrimas, rogué con dolor en mis palabras, pedí por una sola vez. 

  

“Señor… tan solo un día, devuélvemelo un día, déjame verlo, déjame al menos… al menos saber que le paso…” 

  

Dolorosamente ofrecí estas palabras, sintiéndome carente, sintiendo que pedía injustamente algo cuando ya no creía, pero que en ese momento deseaba creer, deseaba volverlo a tener en mis brazos, deseaba tenerlo de vuelta para no sentir más dolor, más culpa. 

  

Pero con los días, con las semanas, la esperanza se ha ido acabando, se ha ido yendo como la arena vuela con el viento, y en su lugar ha quedado el resentimiento, una dura resignación, una resignación aparentemente calma pero que si la miras de cerca, pugna por explotar en ira. 

  

Mis deseos no fueron escuchados y quizás por eso, hoy menos que nunca, creo en una existencia similar a dios. 

  

“Ya lo sabía” se repite en mi mente “ya sabia que no iba a funcionar, que nada me escucharía, que nada sentiría mi dolor, que nada me ayudaría, si antes, cuando he sentido las profundidades del abismo de mi propia forma, no me escuchó ¿Por qué habría de hacerlo ahora? ¿Por qué hoy se apiadaría de mí?” 

  

No me molestaba que no existiera un dios, ni hay molestia contra ese dios, en caso de en exista, ahora me molesta haber sido tan débil como para tratar de creer, para confiar mis esperanzas, mis sentimientos en algo que no existe… 

  

¿Cuán torpe se puede ser? ¿Cuánto tiene que doler algo como para caer en la trampa de la esperanza? ¿Alguien puede entenderlo? ¿Alguien puede entender este dolor? El dolor de saber que ya no podré verlo, el dolor de saber que un día estaba ahí, y después, por mi culpa, por mis prisas, por mi poco tiempo, por mi poco interés, tal vez, ya no está… pero lo que mas dolía era el quedarme sin él. 

  

¿Dónde estás? ¿A dónde has ido? ¿Ha sido por mí? ¿Fue mejor a donde fuiste? ¿No fui suficiente? ¿No llene tus necesidades? ¿No me hice cargo de ti lo suficiente? ¿Qué más necesitabas? ¿Sufriste? ¿Sufres? ¿Has muerto ya? ¿Quién fue? ¿Dónde fue? ¿Cómo fue? O es que ¿Alguien te llevo? ¿Vives en otro sitio? ¿Es mejor de lo que yo te ofrecí? ¿Por qué me has dejado? ¿Es que ya no me recuerdas? ¿Es que nueve años no fueron suficientes? ¿Es que acaso ya no recuerdas mi voz? ¿Por qué cuando te he llamado por las calles en las noches no has venido? ¿Por qué no me has respondido? ¿Por qué?... ¿Por qué tuvo que pasar esto? 

  

En una ocasión, mientras tu cuerpo estaba en el mío, mientras te pasaba las manos con cariño, mientras te acariciaba el pelo y sentía tu peso en mí, tu calor, me dije “dale cariño, dale caricias, porque algún día no lo tendrás más” y lo que duele es que eso se haya cumplido demasiado pronto… duele que nuestro último día haya sido tan común, duele que en ese último día apenas y te había prestado atención, duele que le diera mas prioridad a mi cansancio que a ti… duele que te haya ignorado, duele que solo te pasé una mano por la cabeza y seguí mi camino, duele que haya pensado que todo estaba bien y que quizás no lo estaba, duele que haya sido indiferente de ti, duele haberme conformado con verte bien, duele… duele y siento culpa. 

  

¿Te sentiste abandonado? ¿Te sentiste solo? ¿Te sentiste con miedo? ¿Inseguro? ¿Estabas triste? Estuvimos tanto tiempo juntos, que ¿Di por sentado que siempre estarías ahí? ¿Me hice inconsciente de tus sentimientos? A veces pienso que cambie nuestra buena vida por un sueldo miserable… un sueldo que no valía tu pérdida. 

  

Perdí mas de lo que gané. Te perdí a ti. Perdí al único ser que siempre me aceptó, que jamás me juzgó. No si me amaste o no, pero eso nunca importó, porque el amor no era más importante que tu presencia. 

  

Duele saber que no volveré a verte, duele saber que no volveré a ver tus ojos, duele no saber en donde estas. Me ha dolido el abandono o las separaciones con otras personas, incluso de la persona que amé, o que amo, no lo sé… pero este dolor, esta ausencia… esta súbita ausencia… 

  

Siempre que volteaba estabas ahí, en silencio. Eras lo que yo necesitaba, eras el único con quien me veía en el futuro, nos imagine juntos, recorriendo el mundo… y hoy solo me quedan tus cosas. Hoy me quedan tus fotos, que duelen de ver. 

  

Desearía al menos haber encontrado tu cuerpo, desearía tener tus cenizas. Desearía haberte llorado más… desearía haber pasado un día, dos, tal vez una semana de dolor infinito, de sentir que el pecho se me partiría de dolor, de llorar hasta cansarme y luego volver a llorar, pero saber que al menos había algo a lo que llorar. 

  

Hoy no tengo nada de ti. Hoy aún no puedo llorar lo suficiente, tengo un dolor a medias, un dolor que no sé cómo curar. Un dolor que aún se mezcla con la incertidumbre y una horrible esperanza… pero que sé que, aunque no se más de ti, tu no volverás. 

  

Ojalá que el viento se llevara mis palabras y que te llegaran las caricias que ya no podré darte, como quisiera una última oportunidad para hacer las cosas bien, de tener más cuidado. Pero la vida no es tan misericordiosa. 

  

A veces ya no quiero escuchar de ti, ya no quiero pensar en ti, pero solo es el enojo del abandono. Me enojo porque me duele, me duele porque siento culpa, me culpo porque cometí errores. ¿Qué tengo que aprender de esto? ¿Qué estoy pagando con tu ausencia? 

  

Porque te has ido… porque no regresaste… quisiera llamarte una vez más y que esta vez, si escuche tu respuesta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

351 días después. (2024) [EO]

Entradas Populares: